Ya les conté cómo fue que Fellini llegó a este mural inspirado en dibujos de un ilustrador coreano (ver ¡Último momento!). Bueno, también habrán leído entre los comentarios el reclamo de la “loca de los gatos” por la ausencia de color en el mencionado felino. En síntesis, le llegó la hora al susodicho. Tres pasos tres: Primero pinté las partes de color blanco (la cara, las patas y la punta de la cola).
Después fue el turno de la nariz (roja).
Finalmente hice el resto del cuerpo y los bordes en color negro.
Ah, también está el detalle de la piedra sobre la que está sentado... Pero eso está incluido en el precio.
lunes, 22 de febrero de 2010
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