Sobre la pared de la izquierda se encuentra otra pareja de niños, en este caso una nena y un nene más chico jugando con burbujas de jabón. En realidad son unas burbujas “mágicas”, ya que al elevarse hacia el cielo, se convierten en ovejitas. Otra particularidad de estos niños es que (si se fijan bien lo van a notar) el nene que maneja el triciclo en la pared de enfrente, aquí está en una versión de menor edad, mientras que la niña que en esta pared está haciendo las burbujas, es la misma –pero más joven- que está sentada en el asiento trasero del triciclo.
Pero bueno, mejor dejemos de lado estos detalles y pasemos a describir el proceso de pintura. Como en el caso anterior, lo primero es la base rosa claro para la piel de los nenes.
Después pasé a la ropa. Naranja para la remera del nene…
…y lila para el vestido de la nena. El vaso y la boquilla los pinté en la gama del azul con claritos celestes.
Dentro del mismo color pero en un tono más oscuro, pinté el pantaloncito del nene. Para los cabellos de ambos personajes realicé el mismo procedimiento que en las figuras anteriores: marrón de base y vetas en negro y ocre.
Un detalle importante (diría ¡fundamental!): Las burbujas.
Difícil hacerlas visibles siendo que básicamente son transparentes y encima están ubicadas sobre un fondo blanco. ¿Solución? Un poco de azul claro para darles la forma y en el interior apenas un poco de color bien aguado.
Por último, unos cuantos detalles aquí y allá (la boca del nene, los elementos de las caras, sombras y luces en algunos lugares) y listo. Dos niños felices (tres, contando al destinatario del dibujo) en plena faena creativa.
jueves, 25 de febrero de 2010
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