Como ya les conté, la tarea de creación del árbol fue un trabajo muy, pero muy, complicado. Se necesitó mucha “mano de obra”... y algunas “manitos” también. Dado que este blog pretende dejar un testimonio documental del proceso de creación del mural, no podía faltar entonces el registro de uno de los momentos más gloriosos (ojo, que dije “glorioso” y no “gracioso”) de dicho proceso: el super-equipo de "arboleros" en plena faena.
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TODO SEA PO UN HIJO!!!
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